Volvemos a las andadas...
Erase una vez que se era un tierno infante al que su madre tenia acongojado por un episodio ocurrido durante su mas tierna niñez. Cada vez que la madre se enfadaba con el muchacho, le amenazaba con narrar dicho episodio a su novia (el dia que la tuviese), pero como el muchacho en cuestión era más feo que pegarle a un padre, la cosa fue olvidándose...hasta ahora.
vaaale, lo cuento no porque tenga novia, sino porque queria contar algo y me acorde de esta historia de mi infancia
Bueno, cuando era pequeño, mi madre tenía la cafetería del instituto de mi pueblo y me dejaba al cargo de una chica que se llamaba Ana, como mi madre.
Para no confundirlas, yo a ella la llamaba "mama Ana" (a mi madre le decia mamá a secas, la confianza es lo que tiene...).
Bien, el caso es que un dia, "mama ana" llega estrenando una bonita rebeca de lana blanca y se pone en la puerta de la habitacion en la que estabamos mi madre y yo.
Mi madre, que estaba poniendome un supositorio por problemas de estreñimiento le dice..."ana, mejor te quitas de la puerta, que el nene esta cargado y se puede dispara" (mas o menos digo yo que dijo aquello, porque el caso es que aun no habia dado tiempo a que la pobre muchacha replicase, cuando la rebeca parecia un plato de lentejas...)
Desde entonces, el menda ha estado amenazado con que contarian dicha historia a mi novia(cosa harto improbable en vista de mi escaso atractivo), con lo cual la dejo aqui, para que no se pierda en la memoria...
2 comentarios:
Ya sabemos todos, cuando fabio diga que le duelen las tripas, a buscar paraguas chubasquero y un salvavidas por si acaso...
Fabio eres mi idolo, de chico en el kampo ya te admiraba mas ke la vaca gallega!!!! Saludos Fran
Publicar un comentario